El día 1 de febrero del presente año (2011)
tuve la oportunidad de recibir el artículo Crítica
a la Religión Católica
Romana del señor Andrés Mayaute. Dicha oportunidad surgió “casualmente”
(aunque en el mundo cristiano diríamos “causalmente” porque todo este tipo de
cosas que suceden entre personas en torno a la fe no son “casualidades” sino
más bien sucesos “causales” que están previstos por Dios para, en virtud de su
misericordia, acercar a la fe a aquellos que no creen o hacer que vuelvan a
ella a aquellos que se han alejado) en una conversación que tuve que con él en
la que le mencioné que era cristiano católico y que me encantaba leer libros en
contra del Cristianismo y de la Iglesia Católica pues me dedicaba a la
apologética. Él me comentó que hace algún tiempo había escrito un artículo de
crítica a la religión católica romana y que le interesaría que lo leyera para
que pudiera darle mis observaciones, opiniones y/o críticas. Y bueno, como
siempre caí en la bendita tentación de
querer defender la fe cristiana y católica en la que tanto creo y, por consiguiente,
asumí el reto.
La metodología que he adoptado para responder
al artículo del señor Mayaute es la siguiente: Citaré cada párrafo del artículo
en su integridad (consta de un total del 17 párrafos) y a continuación haré mis
comentarios. Sin más preámbulos (y como lo prometido es deuda) he aquí mis
respuestas y comentarios al artículo del señor Andrés Mayaute:
CRÍTICA A LA RELIGIÓN CATÓLICA
ROMANA
1) “Hoy quisiera escribir algo acerca de lo
que pienso respecto de la
Religión Católica , la religión más conocida por los
occidentales y cuyo libro sagrado es La Biblia , el cual es uno de los textos más
importantes que se han escrito en toda la historia, quizás el más importante en
mi opinión. En estos párrafos me interesa analizar el lado bueno y también el
oscuro de esta religión”.
Comentario: El señor Mayaute comienza su artículo
caracterizando a la
Religión Católica como “la religión más conocida por los
occidentales”. En cierto modo es verdad: en términos cuantitativos casi la
totalidad de la población occidental tiene conocimiento de la existencia de la Iglesia Católica
Romana, además de algunos de sus dogmas, ritos y costumbres. Pero si analizamos
la cuestión en términos cualitativos la cosa cambia radicalmente: casi la
totalidad de los occidentales desconoce lo que es la Iglesia Católica.
Y lamentablemente dicho desconocimiento se da sobretodo en gran parte de los
que dicen llamarse “católicos” pues no practican ni conocen su fe. Creo que no
es necesario demostrar y explicar por qué es que lo católicos tienen una
deplorable cultura teológica en la actualidad: basta ver como cualquier testigo
de Jehová o cristiano protestante (evangélico) le hace dudar de toda su fe a un
católico citándole nada más que uno o dos pasajes de la Biblia. Pero eso no
debe ser así y en realidad tampoco es así del todo: habemos católicos que
conocemos bien nuestra fe y estamos dispuestos a “dar una respuesta acertada a
todo aquel que nos pida cuentas de ella”, tal como nos recomienda el apóstol
Pedro (cfr. 1 Pe 3:15).
Por lo demás estoy de acuerdo con el señor
Mayaute en que la Biblia
es el libro más importante que se ha escrito en la historia de la humanidad y
en que es necesario examinar el lado oscuro de la religión, aunque con respecto
a esto último hago dos resguardos: uno, que para analizar el “lado oscuro” de
una religión primero es necesario conocerla bien y a profundidad y no en base a
nuestros prejuicios o experiencias personales sesgadas; y otro, que los “puntos
oscuros” de una religión no pertenecen a la religión en sí, sino a las
desviaciones de los hombres con respecto a aquello que es la esencia de la religión
(aunque esto lo explicaré con más detalle luego).
2) “La religión Católica, cuyo líder máximo es
el Papa, ha aportado mucho apoyo espiritual a la gente necesitada de Dios; en
base a esa fe se han hecho innumerables aportes a la humanidad, se han salvado
tantas vidas, ha habido tanta solidaridad y la sigue habiendo, la unión de la
familia y el soporte moral que ha representado para la sociedad son los logros
más importantes de está religión”.
Comentario: Muy cierto. La humanidad en general y la
civilización occidental en particular le deben mucho a la Iglesia Católica :
la Buena Nueva
del Evangelio; la abolición de la institución grecorromana de la esclavitud; la
creación de los primeros hospitales para los pobres; el resguardo de la
civilización y la cultura en tiempos de las invasiones bárbaras; la creación de
las primeras universidades; grandes intelectuales y filósofos como Blaise
Pascal, G.K. Chesterton y Jacques Maritain; los portentos teológicos de Santo
Tomás de Aquino y San Agustín; la espiritualidad mística de Santa Teresa de
Ávila, San Juan de la Cruz
y San Luis María de Monfort; la labor humanitaria de la Madre Teresa de
Calcuta, San Juan Bosco y San Vicente de Paul; y otras muchísimas cosas más que
ya no voy a mencionar porque sino de la euforia abandono este artículo y me
pongo a escribir otro sobre las maravillosas contribuciones que el Catolicismo
ha hecho a la civilización y a la cultura.
3) “La crítica que haré no puede dejar de
tener en cuenta estos aspectos positivos, porque hay mucha gente buena en la Iglesia Católica
y muchos aspectos en los que el Catolicismo merece ser reconocido”.
Comentario: Aquí el señor Mayaute demuestra una
gran honestidad intelectual reconociendo que hay muchos aspectos positivos en la Religión Católica.
Resalto la honestidad intelectual del señor Mayaute porque varias veces me he
encontrado con críticos de la Iglesia Católica (ateos militantes, agnósticos,
marxistas, protestantes fanáticos, cristianos sectarios, etc.) que hablan de la
religión como si fuera “la raíz de todos los males” (Richard Dawkins), de la Iglesia Católica
como si fuera “la culpable de toda la decadencia de la humanidad” (Friedrich
Nietzsche) o “la Prostituta
de Babilonia” (Martín Lutero), sin reconocerle nada de bueno ni positivo. Éstos
se parecen a aquellos niños caprichosos que quieren demostrar que sus papás son
malos: hablan de todas las órdenes que les dan, de cómo les gritan, de cómo les
castigan, de todos los juguetes que no quieren comprarles, etc. sin preguntarse
nunca por qué actúan de esa manera y sin mencionar todas las cosas buenas que
hacen por ellos (alimentarlos, vestirlos, mimarlos, darles educación, sacarlos
a pasear, etc, etc, etc).
4) “Sin embargo, eso no significa que nos
tapemos los ojos y oídos y no recordemos las millones de muertes que en nombre
de la religión católica se produjeron durante siglos de historia. Gente
fanática que veía al diablo en todo y que, desde sus posiciones de Papas,
obispos y sacerdotes, eran capaces no sólo de matar a mujeres y niños
acusándolos de brujos sino que, para asegurarse de su destrucción, los
torturaban de la forma más horrenda concebible en cámaras o con aparatos
especialmente diseñados para destrozar a sus víctimas”.
Comentario: Claro que no hay que taparnos los ojos
ni los oídos con respecto a las atrocidades que han cometido muchos hombres
“religiosos” (incluidos Papas, obispos y sacerdotes) en nombre de la religión a
lo largo de la historia. Como católicos honestos y comprometidos por el bien
integral del hombre debemos reconocer estas atrocidades y pedir perdón por
ellas. Ahí tenemos el grandilocuente ejemplo del papa Juan Pablo II que
repetidas veces, y de manera oficial, pidió perdón por “los pecados de los
hijos de la Iglesia ”.
Pero aquí también quiero hacer una importante
observación: que se hayan cometido pecados en
nombre de la religión no implica necesariamente que estos sean culpa de la religión y que, por tanto,
la religión sea mala. Por ejemplo, la Revolución Francesa
en nombre de ideales tan elevados como “Libertad, Igualdad y Fraternidad” llevó
a cabo cruentas masacres en las que guillotinó a miles de franceses durante el
régimen del Terror por causa del estado democrático y republicano. A su vez la Unión Soviética
llegó a asesinar alrededor de 14 millones de personas en nombre de “la Justicia y la Igualdad Social ”.
¿Diremos por ello que la libertad, la igualdad, la fraternidad y la justicia
son malas? De ningún modo, sino que reconoceremos que hombres egoístas,
soberbios y ambiciosos como Robespierre, Lenin y Stalin terminaron actuando en
la práctica en contra de aquellos mismos principios que proclamaban en teoría.
Pues lo mismo hay que decir de las atrocidades que se han cometido en nombre de
la Religión
Católica. Como bien dice el erudito católico Jaime Balmes:
“La matanza de San Bartolomé, y las demás atrocidades que se hayan cometido en
nombre de la religión, en nada deben embarazar a los apologistas de la misma;
porque la religión no puede hacerse responsable de todo lo que se hace en su
nombre”. (Jaime Balmes, El protestantismo
comparado con el catolicismo en sus relaciones con la civilización europea, 1842,
Tomo III, cap.XXXVI)
Por lo que respecta a lo de los asesinatos de
niños y mujeres acusados de brujería, es obvio que el señor Mayaute se refiere
a la Inquisición. Con
respecto a esto quisiera señalar en primer lugar que es una total exageración y
calumnia el decir que la
Inquisición ha matado niños. Exigiría que lo demuestre con
documentos históricos fiables o, en caso de que no pueda hacerlo, suprima dicha
referencia. En segundo lugar, quisiera apuntar que hay hechos, personas e
instituciones de los cuales no es posible formar un juicio objetivo sin poseer
un conocimiento vivo de la época y
circunstancias históricas en que se realizaron. Por ejemplo, si viéramos a un
hombre pontificando con vehemencia contra las costumbres gregarias y el
supuesto canibalismo de los cavernícolas de seguro pensaríamos que le falta
perspectiva histórica y que, por tanto, su juicio no es objetivo. “Difícil es
dar cuenta de la propia conducta a hombres de otro siglo del que uno ha
vivido”, decía Catón. Por lo tanto, para analizar a la Inquisición hay que
tener en cuenta el ambiente y ordenamiento jurídico-político en que se
encontraba pues en éste la tortura y la pena de muerte estaban plenamente
extendidos e institucionalizados. ¿Por qué menciono esto? Porque no eran los
“Papas, obispos y sacerdotes” que el señor Mayaute menciona, los que “mataban y
torturaban mujeres y niños” sino que su labor era únicamente el establecer las
sentencias, siendo que eran los tribunales civiles los que se encargaban de establecer
y administrar las penas. Por otra parte, no hay que pensar que la Inquisición mataba y
torturaba a todos los que juzgaba. La mayoría de las veces establecían penas
menores o lograba las retracciones de los acusados. Y aquí quisiera mencionar
que Galileo, que era un católico piadoso, no murió quemado en la hoguera como creen
muchos sino que en realidad murió en su casa (se le sentenció a prisión
domiciliaria) recibiendo los últimos sacramentos de manos de un amigo suyo que
era obispo. Que muestre el señor Mayaute los datos estadísticos sobre las penas
de la Inquisición
y recién ahí se podrá debatir algo. Pero puedo adelantarle un dato: acá en
Perú, durante los tres siglos de periodo colonial, ¿cuál cree que fue la
cantidad de personas sentenciadas a muerte? ¿Miles? ¿cientos? No, sólo 29. Y
digo sólo 29 no porque me parezca
poco en términos absolutos (la vida humana, tal como también proclama la Iglesia Católica ,
tiene un valor infinito), sino que es “poco” en términos relativos con respecto
a lo que se cree de las “miles” y “miles” de matanzas que pretendidamente ha
perpetuado la
Inquisición.
5) “La Iglesia católica ha ocultado muchas verdades, eso
parece obvio, eso no invalida claro, vuelvo a repetir, la inmensa cantidad de
mensajes sanos que nos aporta la
Biblia. Yo creo en Dios, en ese espíritu superior que nos
inunda. Sin embargo mi desazón siempre ha tenido que ver con ciertas cosas que
yo hubiera querido leer en la
Biblia , preguntas que siempre me hice y de las cuales no pude
encontrar respuestas claras. ¿Tuvieron más hijos Adán y Eva? ¿De dónde salió la
esposa de Caín? ¿Qué hizo Jesús entre los 12 y 33 años? ¿Se casó con alguien?
¿Tuvo hijos?”
Comentario: Lamento la desazón que tendrá el señor
Mayaute con esta respuesta mía pero la verdad es que la Biblia no ha sido escrita
para satisfacer la curiosidad humana sino más bien para revelar el plan
salvador de Dios. No es un “superlibro” en el que están las respuestas a todas
las preguntas que podríamos hacernos porque ese no es su objeto. Ni siquiera es
un “manual de Teología Sistemática”, como pretenden los hermanos protestantes,
del que se pueden sacar citas para sustentar cualquier doctrina (inclusive esa
técnica de solo basarse en la
Biblia , conocida como sola
scriptura, ¡no está basada en la
Biblia !).
Pero de todas maneras no quisiera dejar al
señor Mayaute con su desazón, así que responderé grosso modo a sus preguntas:
“¿Tuvieron más hijos Adán y Eva?” Sí, claro
que sí. Y curiosamente eso sí está en la Biblia (sería recomendable que el señor Mayaute
leyera más la Biblia ,
en especial el libro del Génesis, en lugar de presuponer, como la mayoría de
nosotros hacemos en base a relatos o películas, que los dos únicos hijos de Adán
y Eva fueron Caín y Abel, que creo que es a quienes tenía en mente cuando hacía
esa pregunta). Dice el libro de Génesis:
“Tenía Adán ciento treinta años de edad cuando tuvo un hijo a imagen y
semejanza suya al que llamó Set. Después que le nació Set, Adán vivió ochocientos
años y tuvo más hijos e hijas” (Gén 5:3-4). En cuanto a la referencia de la
extraordinaria longevidad de Adán hay que decir que el periodo que el libro del
Génesis considera para un año es
menos del que consideramos nosostros (365 días).
“¿De dónde salió la esposa de Caín?” No se
dice con exactitud, pero no es descabellado creer que fuera alguna hermana o
sobrina suya (en esos tiempos era normal el matrimonio consanguíneo dentro de
las tribus).
“¿Qué hizo Jesús durante los 12 y 33 años?” Muchos
se preguntan qué hizo Jesús entre los doce y los treinta años. Incluso
farsantes se autorizan de este silencio del Evangelio para imaginar que Jesús
fue a ver a los brujos de la
India o que estuvo con extraterrestres… No cuesta nada
fabular. Conviene recordar primero que el Evangelio no es una biografía de
Jesús, o sea, una historia de Él desde su nacimiento hasta su muerte. El
Evangelio pretende solamente comunicarnos los hechos más sobresalientes y las
palabras con las cuales Jesús entregó al mundo su mensaje. De todas maneras la Biblia nos dice algunas
cosas (aunque me parece que no saciarán del todo la curiosidad del señor
Mayaute). En el Evangelio según San Lucas
se nos dice que Jesús, luego de haberse perdido en el Templo como a los 12
años, “volvió con sus padres a Nazaret, obedeciéndoles en todo. (…) Mientras
tanto crecía en gracia y sabiduría tanto para con Dios como para con los
hombres” (Lc 2:51,52). Luego, leamos Mateo 13:54-56 si queremos comprobar que
Jesús se crió en Nazaret y que trabajó de carpintero durante esos años. La
gente que se extraña de su actuación no dice: “¡Seguramente viene de otro
planeta!”, o: “¡Se lo habrán enseñando los sabios extranjeros!”, sino que: “¡Qué
le pasa al carpintero después de tantos años que lo conocemos!”. Por lo que
respecta a lo que hizo Jesús entre los 30 y 33 años, el señor Mayaute tiene
suerte: podemos encontrarlo en los Evangelios.
“¿Se casó con alguien? ¿Tuvo hijos?” No. En
ninguna parte de los Evangelios se menciona y el contexto nos da claramente a
entender que no fue así. La misión de Jesús era salvar al mundo del pecado y no
el formar una familia. Y si bien hay “evangelios” que mencionan ello, se trata
de “evangelios apócrifos” (falsos) sin valor histórico (ninguno de los
apóstoles a los que se atribuyen los escribieron porque por medio del radio
carbono 14 se ha demostrado que datan de mediados del siglo II a más, época
para la que ya estaban muertos todos los apóstoles).
6) “Tengo la impresión, como la tiene mucha
gente, de que la Iglesia
ha ocultado muchas verdades con la intención de no poner en riesgo el enorme
poder que representa la fe católica. Ha habido un tremendo temor de que la
gente deje de creer y es por eso que se han ocultado ciertas cosas o se las ha
obviado para evitar interpretaciones particulares. Me desagrada ese trato que
hacen muchos integrantes de la Iglesia Católica como si la gente fueran borregos
a los que se les debe decir por dónde caminar, qué plato comer, qué cosa ver
por TV, qué diario leer, qué diversiones tener y con quién acostarse y cuándo”.
Comentario: Falso. La Iglesia nunca ha ocultado
verdades de fe por no poner en riesgo su poder o posición terrenal. ¿No predicó
a Jesucristo, muerto y resucitado, a pesar de las persecuciones de los romanos
y la oposición de los judíos? ¿No se opuso la Iglesia al régimen
esclavista de Roma proclamando la igualdad de todos los hombres? ¿No se opuso la Iglesia a las costumbres y
creencias de los pueblos bárbaros, cristianizando a éstos en lugar de aliarse a
su poder? ¿No se opuso el Papado a las desmesuradas pretensiones de los reyes
de las nacientes monarquías europeas razón por la cual se ganó varios problemas
políticos? ¿No se opuso a la Revolución Francesa , siendo perseguidos y
asesinados cientos de sacerdotes a causa de ello? ¿No se opuso al régimen
comunista de la Unión
Soviética por proclamar el valor inalienable del individuo y
la persona humana? ¿No se opone hoy en día a los anticonceptivos, el aborto, la
eutanasia, la prostitución legal y el sexo prematrimonial aún cuando pierde
mucho fieles por sostener dichas posturas tan “radicales”? ¿No demuestra acaso
todo esto que la Iglesia
ha proclamado la Verdad
en la que cree aún cuando ello implicara el riesgo de perder a muchos fieles y
chocar con los grandes intereses políticos y económicos existentes?
Con respecto a aquello de que hay miembros de la Iglesia Católica
que tratan a la gente como “borregos, a los que se les debe decir por dónde
caminar, qué plato comer, qué cosa ver por TV, qué diario leer, qué diversiones
tener y con quién acostarse y cuándo” hay que decir que el señor Mayaute tiene
razón si es que se lo toma en modo literal (“me desagrada ese trato que muchos integrantes…”), pues eso no lo
hace propiamente la Iglesia sino muchos de sus miembros (aunque aquí también
tendría que apuntar que si se entiende “muchos” en términos cuantitativos,
estoy de acuerdo; pero que si se entiende “muchos” en términos cualitativos, en
el sentido de “la mayoría”, entonces no estoy de acuerdo porque, por un lado,
hay muchos laicos y sacerdotes que respetan la autonomía y libertad de las
personas, y, por otro, que hay muchos laicos y sacerdotes “relajados” a los que
ni siquiera les importa la cuestión).
Pero en caso de que lo que el señor Mayaute
haya querido dar a entender es que la Iglesia violenta nuestra libertad y autonomía al
darnos mandamientos tengo que hacerle dos observaciones: Primero, que la Iglesia no tiene tanto
poder como algunos creen sino, ¿cómo sería posible que en tantos países se esté
legalizando el aborto?, ¿cómo sería posible que tantos adolescentes tengan
relaciones sexuales antes del matrimonio?, ¿cómo sería posible que tantas
parejas utilicen métodos anticonceptivos? ¿cómo sería posible que novelas como
el Código Da Vinci sean éxitos de
ventas? o, lo que es más, ¿cómo sería posible que el señor Mayaute tenga la
“libertad” de pensamiento necesaria para escribir su artículo? Segundo, que
muchas veces las restricciones a la “libertad” son necesarias para conservar
esta misma o para preservar valores más altos. Por ejemplo, cuando se nos dice
que debemos ponernos el cinturón de seguridad para ir en auto esto puede
parecernos muy incómodo porque restringe nuestra libertad de movimiento pero no
lo vemos como algo arbitrario e irracional sino que sabemos que es para preservar
un valor más alto que nuestra libertad, como es nuestra vida. Pues así como el
Estado y la familia establecen normas para proteger la vida material de sus
miembros, la Iglesia
tiene la potestad de dictar normas para proteger la vida espiritual de los
suyos. Es gracias a eso que, como nos dice el mismo señor Mayaute en el segundo
párrafo de su artículo, “se han hecho innumerables aportes a la humanidad, se
han salvado tantas vidas, ha habido tanta solidaridad y la sigue habiendo, la
unión de la familia y el soporte moral que ha representado para la sociedad son
los logros más importantes de está religión”.
7) “La Religión Católica
se aprovecha muchas veces de la fe de las personas para hacerles renunciar a su
individualidad: “ama a tu prójimo como a ti mismo”, mucha gente entiende eso
como que si primero vemos por nuestro bienestar y el de nuestras familias
estamos siendo poco solidarios con los demás, pero ¿acaso vamos a preferir
darle un plato de comida a alguien de afuera cuando nuestro hijo tiene hambre?
Para ayudar a los demás primero debes ayudarte a ti mismo”.
Comentario: Retomo lo de mi último comentario. Al
señor Mayaute le causa admiración que gracias a la labor de la Iglesia “se han hecho
innumerables aportes a la humanidad, se han salvado tantas vidas, ha habido
tanta solidaridad y la sigue habiendo, la unión de la familia y el soporte
moral que ha representado para la sociedad son los logros más importantes de
está religión” y luego critica el principio de amor al prójimo por atentar contra
la individualidad de la persona. Pero, ¿cómo sería posible lograr todas esas
cosas de las que se admira el señor Mayaute sin creer en este principio? Quien
quiere los frutos, quiere el árbol y las raíces. El señor Mayaute bien puede querer
arrancar las raíces de la fe y la caridad y talar el árbol de la Iglesia , pero debe tener
en cuenta que se quedará sin los frutos. No hay sociedad que no haya progresado
auténtica y humanamente sin solidaridad y capacidad de abnegación por parte de
sus miembros, y eso es justamente lo que promueve la Iglesia. Por otra
parte, si mi hijo se va a morir de hambre y tengo que decidir si es que le voy
a dar comida a él o a un pobre indigente, obviamente debo dársela a mi hijo y la Iglesia no sólo no me
condena sino que me aprueba en ello. Pero si mi dinero lo gasto en cosas
superfluas para mí o para mi hijo, ahí sí que sería culpable de no ayudar a los
pobres porque pudiendo legítimamente hacerlo, no lo hago.
8) “Los sacerdotes voceros del Catolicismo,
sueltan todo un discurso que ya no pretenden ser sólo una guía espiritual sino
que hasta se atribuyen la autoridad de decirnos como debemos vivir. Nos
condenan según sus criterios. Ellos se sienten con autoridad de decirnos que
Dios nos castigará”.
Comentario: Aquí el señor Mayaute tendría que
explicar bien qué entiende por “espiritual”, porque a mí se me hace un poco
difícil entender cómo es que puedo ser una persona espiritual si es que no
cambio mi modo de vivir. Lo espiritual no sólo es una parte de la vida privada
del individuo a la que se le dedican unos 10 o 15 minutos al día, sino que más
bien debe estar en todas y cada una de las dimensiones de vida y actos de la
persona. Es justamente por esta falta de vivencia
espiritual que la economía, la política, el derecho y la educación están
tan mal en nuestro país y en el mundo.
En cuanto a eso de que los sacerdotes “se
sienten con autoridad de decirnos que Dios nos castigará” respondo que Dios no
castiga, simplemente respeta la libertad del hombre, y si es que éste la usa de
un modo inadecuado, sufrirá las consecuencias. Lo único que hacen los
sacerdotes (o, al menos de acuerdo a la teología católica, deberían hacer) es
decirle a la gente que si persisten en su forma inadecuada de actuar y no se
arrepienten pueden sufrir las consecuencias de ello. No se trata de una
amenaza, sino de una advertencia. Puede ser que nos parezca autoritario pero
ellos, como nuestros padres espirituales, deben advertirnos firmemente sobre
dicho asunto. ¿O qué padre no le advertiría a su hijo pequeño que si mete sus
dedos en el tomacorriente se puede electrocutar?
9) “Dios es siempre un Dios bueno, y ha creado
al hombre y la mujer con una mente que tiene muy claro la diferencia entre el
bien y el mal. Tenemos libre albedrío y esa libertad es algo que nadie nos
puede quitar”.
Comentario: El señor Mayaute tiene razón en cuanto
a esto, pero sólo en parte. Lo que sucede es que, tal como sostiene la teología
católica, todos sufrimos las consecuencias del pecado original, de modo tal que
nuestro entendimiento se encuentra entenebrecido para conocer el bien y nuestra
voluntad para desearlo. En nuestra esencia
nuestro entendimiento y voluntad han sido creados para Dios, es decir, para
el bien, pero en nuestra existencia nos
vemos afectados por la concupiscencia,
es decir, aquella inclinación al mal que afecta a nuestra naturaleza
esencialmente buena a partir del pecado original. Por tanto, si bien no somos
totalmente incapaces para conocer y querer el bien, tampoco somos totalmente
capaces para ello. Por tanto, necesitamos ayudas especiales para alcanzarlo.
Estas ayudas son la revelación que está en la Biblia , los sacramentos que están en la Iglesia y la gracia que
está en Dios.
10) “Estos errores de la Iglesia y faltas graves
que han cometido sus miembros, como los conocidos abusos sexuales de algunos
sacerdotes, han permitido que aparezcan grupos que se atribuyen ser dueños de
la verdad y en su contraposición con la parte buena del cristianismo buscan
justificar todas las conductas opuestas con los valores sanos. Estos mensajes
están saturados de libertinaje, paganismo, de adoración a falsos ídolos y hasta
combinan afirmaciones verdaderas con afirmaciones falsas o no confirmadas con
el objeto de atribuirse ser los poseedores de las verdades universales”.
Comentario: Aquí el señor Mayaute demuestra una
gran perspicacia y capacidad de análisis. Estoy totalmente de acuerdo con él.
Los miembros de la Iglesia
deberían preocuparse por dar una buena imagen al mundo porque de lo contrario
están dando excusas para crear nuevas “religiones” o abandonar definitivamente
la religión. Pero aquí de todas maneras quiero subrayar que los que se salen de
la Iglesia
diciendo que lo hacen porque ven mucha hipocresía y pecado hasta en los mismos
sacerdotes no están presentando una razón
sino que simplemente se están amparando en una excusa. Que algunos sacerdotes sean hipócritas o hagan cosas
escandalosas no implica que la Iglesia Católica sea falsa, pues dicho asunto
tiene que ver más con su Doctrina y fundamentos que con la conducta de sus
miembros. El mismo Jesús decía al pueblo judío con respecto a sus sacerdotes
hipócritas de su tiempo: “Los maestros de la Ley y los fariseos se hacen cargo de la doctrina
de Moisés. Hagan y cumplan todo lo que les dicen, pero no los imiten, ya que ellos
enseñan y no cumplen” (Mt 23:2-3).
11) “Aunque ya hace un buen tiempo pasó desde
que el libro El Código Da Vinci
ejerció polémica yo podría decir al respecto de ese libro que me parece que no
descubre nada. A simple vista los medios le atribuyen al libro la virtud de
sacar a la luz muchos posibles secretos del Cristianismo, sobre la vida de
Jesús y de María Magdalena, a la vez que también en cierta forma reivindica el
papel de la mujer tan denostado por la Iglesia desde los tiempos más remotos. Pero a la
vez ese libro es ambiguo, porque deja sueltas afirmaciones no comprobables,
además porque hace una exagerada exaltación de los rituales a la imagen de la
mujer como si con eso se compensara el daño hecho a la mujer por la Iglesia ”.
Comentario: Coincido con el señor Mayaute en que
este libro (El Código Da Vinci) “no
descubre nada”. Su mismo autor, Dan Brown, ha terminado reconocimiento que se
trata totalmente de una obra de ficción y no de una investigación histórica. Pero
discrepo de aquella alusión no atenuada de que la Iglesia ha denostado y
oprimido a la mujer a lo largo de la historia. Eso es simplemente falso. La Iglesia siempre ha
reconocido la dignidad de la mujer y de su labor en la sociedad como puede
comprobar cualquiera que lea la encíclica Mulieris
Dignitatem del muy querido papa Juan Pablo II. Aún más, la Iglesia Católica
fue la primera institución que luchó por el reconocimiento de la dignidad de la
mujer en la familia y la sociedad pues en el Imperio Romano y demás culturas de
la antigüedad (Grecia, Persia, Egipto, etc) se la trataba como una esclava o
como un mero objeto de disfrute sexual para el hombre.
12) “Si el libro dice que Jesús no era un ser
divino sino sólo un hombre sabio que tuvo descendencia con María Magdalena,
está claro que no siendo Jesús divinidad, no existe en el mundo otra persona
que lo haya sido. Por lo tanto, ¿a que se debe los rituales de adoración a la
imagen de la mujer? Ella tampoco era divina, está claro. ¿Es un acto de
reivindicación? ¿Realmente se trataba de un acto de fe?”
Comentario: Otra vez acertado y perspicaz el señor
Mayaute en su apreciación. El hombre necesariamente tiene que adorar algo y si
no adora a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, terminará adorando o
creyendo en cualquier otra cosa, sea en los extraterrestres, en la materia, en
los psicólogos, en los libros de autoayuda o… en los libros de Dan Brown.
“Cuando el hombre deja de creer en Dios, no es que ya no crea nada sino que
ahora lo cree todo”, sentenciaba el buen Chesterton en su Ortodoxia.
13) “Yo puedo pensar que efectivamente María
Magdalena no era prostituta, eso me parece una posibilidad real, los argumentos
me parecen razonables, pero de allí a ponerla a ella si como si fuera una
divinidad, me parece que es una idea fabricada por mentes afiebradas por sus
particulares tendencias personales siempre propensas a endiosar a personajes
famosos como Leonardo Da Vinci, Botticelli, Newton”.
Comentario: De acuerdo con todo. Aunque es una
opinión muy popular (aún entre los católicos) que María Magdalena fue
prostituta y así lo creyeron varias autoridades de los primeros siglos de la Iglesia , la posición
actual de la Iglesia
Católica es que se ha dejado de considerar a María Magdalena
como una prostituta arrepentida y esto viene desde muchos años antes de que Dan
Brown publique El Código Da Vinci.
Pero obviamente el que no sea una prostituta no implica que deba adorársele.
14) “Más bien habría que analizar cómo eran
realmente esos personajes en sus vidas, porque que el hecho que la sociedad los
considere genios no significa que hayan sido unos “angelitos” y mucho menos que
sean los dueños de la verdad. ¿Qué Leonardo Da Vinci pintó un cuadro que revela
muchas cosas? ¿A quién le consta que Da Vinci haya pintado fielmente una imagen
de la realidad? Muchos parecen olvidar que eso es una pintura y no una
fotografía”.
Comentario: Correcto. El haber hecho alguna
contribución positiva a la sociedad o a la cultura no nos convierte ni en
“santos” ni en “dueños de la verdad”. Así también, es una falacia ad consequentian el pretender que una
idea es verdadera por el solo hecho de que trae consecuencias positivas.
Entonces, quiero anotar aquí que si creo en la Iglesia no es porque haga
cosas buenas o malas sino simple y llanamente porque estoy seguro de que la Iglesia Católica
es la religión verdadera. Yo, tanto como el señor Mayaute y como muchos otros,
he visto mucha hipocresía, pecado e injusticia en algunos miembros de mi
Iglesia pero no por eso dejo de ser católico pues creo firmemente que es en la Iglesia donde está
plenamente la Verdad ,
que es Jesucristo mismo (cfr. Jn 14:6). Si me cambiara de Iglesia con la excusa
de que veo mucha hipocresía y pecado en Ella sería tan tonto como aquel alumno
que dejara de creer que uno más uno es dos por el solo hecho de que ha visto a
su profesor de matemáticas recibiendo coimas de sus alumnos.
15) “Yo diría: cuidado con lo que se lee, si
tu combinas afirmaciones ciertas como es el caso del lado oscuro de la Iglesia , con otras que
pueden resultar solo simples ambigüedades y que probablemente resulten falsas,
lo único que se va a hacer es dejar de creer en todo. Y Dios sí existe, pero es
algo que cada persona debe sentir y percibir”.
Comentario: Me parece muy curioso que el señor
Mayaute diga tan categóricamente en este párrafo “cuidado con lo que se lee”
cuando unas cuantas líneas atrás criticó a algunos miembros de la Iglesia por decirnos “qué
diario leer”. Obviamente el señor Mayaute dice esto porque, como San Pablo,
entiende que “si bien tenemos libertad para todo, no todo es conveniente” (1
Cor 6:12) y que si no tenemos cuidado con lo que leemos podemos caer en muchos
errores, confusiones y ambigüedades. Por tanto, si él ve como lícito hacer esta
advertencia, ¿por qué no lo considera así cuando se trata de la Iglesia Católica ?
Además, al mencionar que podemos confundirnos o llegar a ambigüedades y caer en
el error, ¿dónde queda su afirmación de que nuestra mente “tiene muy claro la
diferencia entre el bien y el mal”?
Por otra parte, cuando dice que Dios “es algo
que cada persona debe sentir y percibir” creo que está en lo correcto siempre y
cuando esto no implique que lo que se quiere es convertir a la religión en un
mero “asunto privado” de cada individuo y negarle toda manifestación social. El
hombre es un animal religioso y también es una animal social, por tanto su fe
ha de tener una dimensión individual y social a la vez. La palabra religión
viene del latín religare que
significa “volver a unir”, lo cual nos quiere dar a entender que la religión es
aquella que “religa” a los hombres para “religarlos” con Dios. De ahí se sigue
que es absolutamente necesario el que la religión se institucionalice en un
cuerpo social que reúna a los hombres para unirlos con Dios y esto es lo que
hace la Iglesia
Católica , Cuerpo Místico de Cristo.
16) “Si la Iglesia Católica
no tuviera a lo largo de los siglos ese lado turbio de su historia y no hubiera
intentado tapar las cochinadas que hacían ciertos sacerdotes en diversas partes
del mundo, no se habrían incrementado la decepción y la fuga hacia otras
alternativas dentro del mismo cristianismo como el protestantismo, los
evangélicos, etc. y fuera de él como el budismo, islam, etc”.
Comentario: Muy cierto. Pero eso no implica que la Iglesia Católica
sea falsa sino más bien que los católicos y la Iglesia tenemos que pedir
perdón por todos nuestros errores y proponernos ser mejores para hacer que
nuestra religión sea la luz del mundo (cfr. Mt 5:14-16). Así pues, cuando
Lutero se rebela contra los abusos de la Iglesia y el tráfico de indulgencias en el siglo
XVI diciendo que es necesaria una reforma de las costumbres, yo le aplaudo y
estoy totalmente de acuerdo con él, pero cuando dice que la Iglesia Católica
es “la puta de Babilonia”, que su Doctrina es falsa y que lo que hay que hacer
es fundar otra “iglesia” aparte, estoy en total desacuerdo con él y le combato.
17) “Mucha gente piensa que la fuga a esas
alternativas religiosas es la solución a sus expectativas de fe.
Particularmente pienso que es mejor no tener ninguna religión, conozco los
preceptos de todas y ninguna me convence. Yo era católico por herencia y ya no
lo soy ni lo seré, pero tampoco seré de las otras, seguro que no”.
Comentario: Bueno, aquí quisiera decirle al señor
Mayaute que ni él ni yo sabemos qué es lo que va a pasar el día de mañana. Eso
sólo lo sabe Dios. Por tanto, creo que no puede afirmar de modo tan concluyente
“yo era católico por herencia y ya no lo soy ni lo seré”. Yo también fui católico por herencia y hace más o
menos unos 6 años me decidí a estudiar filosofía y teología con un solo
objetivo: ¡demostrar que la
Iglesia Católica era falsa! De verdad lo intenté, pero no
pude hacerlo. A medida que más intentaba destruirla más me daba cuenta que
había algo muy profundo y poderoso en Ella. Estudié diversas filosofías
(ateísmo, agnosticismo, materialismo, racionalismo, etc), religiones (protestantismo,
judaísmo, islam, hinduismo, budismo, etc), ideologías (marxismo, liberalismo,
anarquismo, etc) y leí a todo tipo de autores anticristianos (Nietzsche, Marx,
Feuerbach, Comte, Sartre, Russell, Dawkins, etc), pero no pude evitarlo: nunca
encontré la verdad… ¡la Verdad
me encontró a mí! Y ahora soy apologista católico y me dedico a defender la fe
por medio de la razón. Examiné los preceptos de todas las religiones y hubo una
que sí me convenció: la católica. ¡Gloria a Dios que tuvo compasión de mí y me
salvó de las terribles consecuencias de mi malsana soberbia!
Así pues, confío más en la gracia de Dios que
en mi entendimiento humano y, por tanto, confiaré en que en algún momento, sea
tarde o temprano, le llegará la hora de la gracia al señor Mayaute. Yo lo
conozco y sé que es una excelente persona y un extraordinario padre. Estaré
orando para que vuelva a la casa de la fe, a la Iglesia Católica ,
así como el hijo pródigo volvió a la casa de su padre (Lc 15:11-32). Y si a
alguien le gustó este artículo mío o le fue de bendición mi breve testimonio
(obviamente hay mucho más…) sólo le pido que ofrezca una oración por nosotros
los católicos para que estemos fuertes en nuestra fe y también por los
católicos que se han alejado de la
Iglesia , para que Dios los vuelva a traer así como el buen
pastor trajo de vuelta al redil a la ovejita rebelde que se había escapado y
haya fiesta en el cielo (Lc 15:4-10). Amén.