¿Qué es el conocimiento?, ¿cuál es su naturaleza?
He aquí las preguntas que dan origen al problema epistemológico de la esencia
del conocimiento. Existen tres doctrinas filosóficas que pretenden dar solución
a este problema:
1. Idealismo: Sostiene que la esencia del conocimiento está en el
sujeto, que es la mente humana la que determina la existencia de los objetos de
la realidad. Nada existe fuera del pensamiento.
Representantes: Platón, Berkeley, Hegel, Fitche.
Crítica:
1) Es evidentemente absurdo aquello de que es la
mente humana la que determina la existencia de los objetos de la realidad, pues
éstos existen de modo independiente. Aunque es cierto que la mente puede
conocer e incluso trasformar la realidad, no la crea ni la determina. Por
ejemplo, no porque todos los hombres sean ateos Dios deja de existir o no
porque alguien no crea que el hombre llegó a la Luna este hecho dejará de ser
cierto.
2) Otro de los grandes problemas del planteamiento
idealista es el del principio de inmanencia: “Es imposible conocer algo que
exista fuera del pensamiento”. Aunque es cierto que el conocimiento es un
acto inmanente, pues no produce nada fuera, sino que permanece en el sujeto a
quien perfecciona; no de ahí se deduce que el sujeto esté cerrado sobre sí
mismo y sólo conozca sus propias ideas ya que el conocimiento también tiene
carácter de trascendente, el cual le permite al sujeto conocer la realidad sin
salir materialmente de sí.
2. Realismo: Sostiene que la esencia del
conocimiento está en los objetos, en la realidad. Muchas veces es confundido
con el materialismo pero el identificarlos no es del todo correcto pues, aunque
todo materialismo es realismo, no todo realismo es materialismo.
Representantes: Aristóteles (realismo naturalista); Demócrito, Epicuro (materialismo griego);
Friedrich Engels y Karl Marx (materialismo histórico).
Crítica:
1) Uno de las grandes dificultades del realismo
está en su enfoque del conocimiento viéndolo sólo en su dimensión de producto y
dejando de lado su naturaleza de acto. De este modo termina desembocando en un
puro objetivismo que no toma en cuenta las categorías subjetivas del
conocimiento.
2) En cuanto
al realismo materialista, el cual reduce toda la realidad a lo puramente
material, también surgen serias dificultades. Si todo es material, ¿de dónde
surge el pensamiento? Tal vez podrá responderse con el monismo materialista, el
cual sostiene que el pensamiento surge de por sí de la materia, pero ello no es
razonable. Por ejemplo, si supusiéramos, tal como lo hacen los materialistas, que
el hombre no es más que materia y producto de la evolución, no podría haber
pensamiento pues, tal como decía el pensador ateo Haldane: “Si mis
procesos mentales, están determinados completamente por el movimiento de los
átomos en mi cerebro, yo no tengo ninguna razón para suponer que mis creencias
son ciertas, así que no tengo razón para suponer que mi cerebro (pensamientos)
se componen de átomos”. Así pues, si todo es material, el
materialismo debería fundarse en la materia y no en el pensamiento, lo cual
evidentemente no es así.
3. Fenomenalismo: Sostiene que el
conocimiento es una construcción que realiza la mente a partir de los fenómenos
reales que son ordenados por las formas a priori. El sujeto aprehende el
fenómeno del objeto.
Representante: Inmanuel Kant.
Crítica:
1) El primer problema del planteamiento
fenomenalista kantiano viene de un prejuicio idealista: que los objetos del
mundo material son esencialmente incognoscibles y no poseen existencia en sí
mismos. La incongruencia de ello es evidente y ya se vio anteriormente.
2) Según
Kant, no conocemos el noúmeno (la cosa en sí) sino sólo el fenómeno (la cosa en
mí). En ello comete un grave error de orden y concepto, nuevamente por separar
radicalmente en vez de encontrar la distinción y unidad: en realidad el
fenómeno no está separado de la cosa en sí, sino que es la misma cosa en sí en
cuanto aparece en el conocimiento.