sábado, 22 de junio de 2013

ANÁLISIS DEL CONFLICTO ISRAEL-PALESTINA

Se publica para los lectores del blog el video del conversatorio organizado por el Dante A. Urbina con los alumnos del curso de Historia Económica Mundial (2do ciclo) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima – Perú) el martes 4 de junio del 2013.

Este es el link de la primera parte del video (exposiciones pro-palestinas, réplica pro-israelí): http://youtu.be/Kwd4Ld4ssTI

Y este el de la segunda (exposiciones pro-israelís, réplica pro-palestina): http://youtu.be/z2B2wKnj6K0

Se adjuntan a continuación las principales citas referenciales que utilizó (implícita o explícitamente) el profesor Urbina al asumir la defensa hipotética de cada posición:

1. Desencadenante: ¿Quién inició el conflicto?

. Posición pro-israelí

“El 29 de noviembre de 1947, tras múltiples disputas diplomáticas, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Plan de Partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, ni compactos ni homogéneos, divididos en tres respectivas porciones apenas unidas. El proyecto atribuyó a los árabes el 46% del territorio (11.500 km²) y a los judíos el 54% (14.100 km², de los cuales 11.750 km² correspondían al desierto del Néguev). Jerusalén y su área circundante, incluida Belén, conformarían un corpus separatum de 700 km² bajo la administración del Consejo de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas. (…) Al día siguiente de la Declaración de independencia del Estado de Israel en el territorio asignado por el Plan de la ONU para la partición de Palestina de 1947, los cinco estados árabes vecinos (Líbano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto), inconformes con dicho Plan, le declararon la guerra al naciente Estado de Israel e intentaron invadirlo. En la guerra intermitente que tuvo lugar durante los siguientes 15 meses (con varias treguas promovidas por la ONU), Israel conquistó un 26% adicional del antiguo mandato británico”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

Las naciones europeas les dieron a los judíos una tierra que ya estaba habitada: Este es uno de los mitos más comunes que busca atacar la legitimidad de la creación del moderno Estado de Israel, y amenaza a los judíos como un cuerpo extraño en la tierra. Es una continuación de los estereotipos antisemíticos de los judíos como eternamente errantes y eternamente extranjeros. En realidad, los judíos tuvieron una presencia continuada en la tierra que se remonta a varios miles de años, interrumpida únicamente por masacres y expulsiones después de las cuales la población judía intentaba restablecerse. El colonialismo griego, romano, árabe y otomano expulsó a la población judía y trató de reemplazarla por sus poblaciones respectivas, a fin de llegar a establecerse en el país. Pero a diferencia de ellos los judíos seguían siendo la población nativa”. (Sultan Knish, “Cuatro mitos de la izquierda sobre Israel”, alianzacivilizaciones.blogspot.com, 23 de septiembre de 2009)

“En 1947, Israel ya era un país en marcha con una lengua, una cultura, universidades, periódicos y fuerzas militares que demostraron ser capaces de defenderse contra los ejércitos de varios países árabes. Lo único que ocurrió después del Holocausto fue una votación de la ONU en 1947 para un plan de partición que nunca se llevó a la práctica porque el mundo árabe prefirió intentar destruir Israel. (…) Esta votación se describe a menudo como la creadora de Israel, pero más exactamente era un intento de establecer las fronteras de Israel, que falló debido a la hostilidad genocida árabe, expresada no sólo hacia Israel, sino hacia los judíos residentes en países árabes”. (Sultan Knish, “Cuatro mitos de la izquierda sobre Israel”, alianzacivilizaciones.blogspot.com, 23 de septiembre de 2009)

“En 1967 el líder egipcio Nasser pidió a las Naciones Unidas que retirara a los Cascos Azules de Gaza, el Sinaí, y de las islas de Tirán y Sanafir (a la entrada del Golfo de Eilat-Aqaba), solicitud que la ONU, en ese entonces presididas por U Thant, aceptó, pese a que eso significaba renunciar a su papel de interposición. Egipto movilizó 80.000 soldados en el Sinaí y ocupó las islas del golfo de Aqaba el 22 de mayo. Esto volvió a poner en peligro la salida de los barcos israelíes al Mar Rojo, y fue considerado un casus belli por parte del gobierno israelí. En ese mismo mes, Egipto, Siria e Iraq firmaron un pacto de defensa mutua. El 5 de junio de 1967, ante la negativa egipcia de desbloquear el Golfo de Aqaba, y ante la nueva realidad estratégica, Israel bombardeó la aviación egipcia situada en la península del Sinaí, dando comienzo de esta forma a la Guerra de los Seis Días. En los 6 días que duró la guerra, Israel conquistó la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, la península del Sinaí y los Altos del Golán (Siria)”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

“La Guerra de Yom Kipur, Guerra del Ramadán o Guerra de Octubre, fue un conflicto armado entre Israel y los países árabes de Egipto y Siria, que tuvo lugar durante octubre de 1973. Egipto y Siria iniciaron el conflicto para recuperar los territorios que Israel ocupaba desde la Guerra de los Seis Días de 1967. Ambas partes sufrieron graves pérdidas, aunque Israel mantuvo los territorios conquistados”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

. Posición pro-palestina

Una vez establecida la alianza táctica con los británicos, los sionistas recibieron apoyo sobre el terreno para conquistar la tierra. (…) La propiedad de tierra urbana y rural por parte de grupos judíos pasó de 300.000 dunums (26.800 hectáreas) en 1929 a 1.250.000 dunums (112.000 Ha.) en 1930. La tierra adquirida era insignificante desde el punto de vista de una colonización masiva y de la solución del “problema judío”. Pero la expropiación de un millón de dunums -casi un tercio de la tierra cultivable- condujo a un grave empobrecimiento de los campesinos árabes y de los beduinos. Para 1931, 20.000 familias campesinas habían sido expulsadas por los sionistas. (…) En 1947 había 630.000 judíos y 1.300.000 árabes palestinos. De modo que en el momento en que las Naciones Unidas dividen Palestina, los judíos constituían el 31% de la población. La decisión de repartir Palestina, promovida por las principales potencias imperialistas y por la Unión Soviética de Stalin, dio el 54% de la tierra fértil al movimiento sionista. Pero antes de que se formase el Estado de Israel, el Irgun y las Haganah se apoderaron de las tres cuartas partes de la tierra y expulsaron virtualmente a todos los habitantes. En 1948 había 475 poblados palestinos. 385 fueron arrasados por completo, reducidos cenizas”. (Ralph Schoenman, Historia Oculta del Sionismo, versión electrónica, www.marxismo.org, 1988, pp. 20, 24)

“La consideración de Hitler acerca del problema judío está expresada en forma cortante en Mi Lucha. (…) Allí él vagaba a través de la parte vieja de la ciudad y se encontró con un hasidita de la Galitzia, “una aparición en un caftán negro y trenzas negras. “¿Es este un judío?” fue mi primer pensamiento”. Pero a medida que reflexionaba acerca de lo que había visto, la pregunta asumía una nueva forma: “¿Es este un alemán?” (Adolf Hitler, Mi Lucha, versión electrónica, nsl-server.com, 2003, p. 38). (…) Para Hitler la validez del sionismo (…) estaba en su confirmación de que los judíos nunca podrían ser alemanes. (…) La Alemania nazi consideraba el deseo del Fuhrer como algo con fuerza de ley, y una vez que Hitler se hubo pronunciado, se desarrolló una política positivamente pro-sionista. (…) La mejor solución a la cuestión judía, tanto para los judíos como para los gentiles, era el Hogar Nacional Palestino. (…) Un juego para niños, ¡Juden Raus! (Fuera Judíos), no dejaba ilusiones acerca de cómo consideraban los nazis al sionismo. Las piezas eran pequeños peones que usaban sombreros medievales judíos en punta; los jugadores los movían tirando un dado; el niño ganador era aquel cuyos judíos huían antes, “hacia Palestina” a través de las puertas de una ciudad amurallada (Cfr. Jewish Central Information Office, The Weiner Library: Its History and Activities, 1934-1945, 1946, pp. 212-213). El sionismo era detestado en la Alemania nazi, pero los sionistas necesitaban desesperadamente el patronato nazi si iban a obtener el capital que requerían en Palestina. (…) Para muchos sionistas del exterior esto era una humillación vergonzosa, bien expresada en la angustia del órgano de Stephen Wise, el Congress Bulletin: “El hitlerismo es el nacionalismo de Satanás. La determinación de librar al cuerpo nacional alemán del elemento judío, sin embargo, condujo al hitlerismo a descubrir su “parentesco” con el sionismo, el nacionalismo de liberación judío. En consecuencia el sionismo se convirtió en el único otro partido legalizado en el Reich, la bandera sionista la única otra bandera permitida en tierra nazi”. (pp. 63, 65, 71-72, 76)

“Para 1934 las SS se habían convertido en el elemento más pro-sionista en el Partido Nazi. Otros nazis incluso los denominaban “blandos” con los judíos. El barón von Mildenstein había retornado de su visita de seis meses a Palestina como un ardiente simpatizante sionista (…) no sólo escribió favorablemente acerca de lo que vio en las colonias sionistas de Palestina; también persuadió a Goebbels para publicar esto como una serie de doce capítulos en su periódico Der Angriff (El Asalto), el principal órgano de propaganda nazi (del 16 de septiembre al 9 de octubre de 1934). (…) Era realmente asombroso como algo de buen Boden judío bajo sus pies podía cambiar a los judíos: “El suelo los ha reformado a ellos y a sus hijos en una década. Este nuevo judío será un nuevo pueblo” (Leopold von Mildenstein, “Ein Nazi fährt nach Palästina”, Der Angriff, 9 de octubre de 1934, p. 4). Para conmemorar la expedición del barón, Goebbels hizo una medalla: en un lado la swástica, en el otro la estrella sionista (Jacob Boas, “A Nazi Travels to Palestine”, History Today, Londres, enero de 1980, p. 38). (...) Que los nazis preferían a los sionistas a todos los otros judíos es un punto establecido. Aún cuando Joachim Prinz pueda haber estado dando coces cuando escribió su artículo de 1937, estaba solamente siendo honesto cuando tuvo que admitir con pena que: “Era muy difícil para los sionistas operar. Era moralmente perturbador ver que eran considerados como los hijos favoritos del gobierno nazi, particularmente cuando éste disolvió los grupos juveniles anti-sionistas, y parecía preferir a los sionistas en otras cosas. Los nazis pedían una “conducta más sionista”” (Joachim Prinz, “Zionism under the Nazi Government”, Young Zionist, Londres, noviembre de 1937, p. 18)”. (pp. 72-73, 81-82)

“En 1936 Ben Gurión escribió en una carta a su hijo: “Un Estado Judío parcial no es el final, sino sólo el principio. Estoy convencido de que nadie puede impedirnos que nos establezcamos en otras partes del país y de la región”. En 1938 era más explícito: “Las fronteras de la aspiración sionista -dijo al Consejo Mundial de Poalei Zion en Tel Aviv- incluyen el sur del Líbano, el sur de Siria, la actual Jordania, toda Cisjordania y el Sinaí”. Ben Gurion formulaba muy claramente la estrategia sionista: “Cuando nos convirtamos en una fuerza con peso como resultado de la creación del Estado, aboliremos la partición y nos expandiremos a toda Palestina. El Estado será sólo un estadio en la realización del sionismo y su tarea es preparar el terreno para nuestra expansión. El Estado tendrá que preservar el orden, no predicando sino con ametralladoras””. (Ralph Schoenman, Historia Oculta del Sionismo, versión electrónica, www.marxismo.org, 1988, pp. 25-26)

“La guerra provocó miles de desplazados en ambos sentidos: árabes de la zona israelí fueron obligados a desplazarse a las vecinas Gaza y Cisjordania, y también a otros países árabes más alejados, dando origen al problema de los refugiados palestinos, que todavía hoy perdura. (…) En 1948, la ONU reconoció el derecho al retorno de los refugiados palestinos y creó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) con la esperanza de un retorno inmediato, algo que sin embargo no sucedió. Al prolongarse indefinidamente su condición de "refugiados", y quedar su suerte en manos de la ONU, nunca obtuvieron la nacionalidad de los países árabes que los acogieron y permanecieron en condiciones de desarraigo y precarización”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

2. Responsabilidades: ¿Quién es el terrorista?

. Posición pro-israelí

“En ninguna otra parte del mundo el asesinato de hombres, mujeres y niños inocentes se considera una “forma legítima de resistencia”. La larga lista de crímenes nefandos incluye francotiradores disparándoles a bebés, terroristas suicidas volándose en pizzerías y discotecas, secuestradores tomando rehenes y matándolos, e infiltrados asesinando a atletas olímpicos. Hezbolá, Yijad Islámica, Hamás, el FPLP y buen número de otras organizaciones, la mayoría de ellas palestinas, se han dedicado a estas actividades durante décadas y rara vez han sido condenadas o llevadas ante la justicia”. (Mitchell G. Bard, Mitos y realidades: una guía para el conflicto árabe-israelí, American-Israeli Cooperative Enterprise (AICE), 2006, p. 255)

¿Por qué Israel bombardea Gaza si en esos bombardeos inevitablemente mueren civiles inocentes? Israel nunca dirige sus ataques hacia blancos civiles. La muerte de civiles inocentes es lamentable bajo cualquier punto de vista y se hacen todos los esfuerzos para evitar estas víctimas. Este imperativo se contrapone a la necesidad que tiene el estado de Israel de defender a sus ciudadanos, que sufren incansables ataques desde la Franja de Gaza. Pero, mientras que los palestinos disparan misiles Kassam indiscriminadamente a blancos civiles israelíes, el ejército de Israel lanza ataques aislados apuntando específicamente a la infraestructura de Hamas. Antes de llevar a cabo un ataque militar, Israel pasa meses identificando los cuarteles militares y los campos de entrenamiento de las organizaciones terroristas. (…) Israel no quiere generar una crisis humanitaria con sus ataques, Hamas es la causa del sufrimiento y de la agonía de toda la población palestina en Gaza. (…) Hamas coloca mujeres y niños inocentes en las azoteas de los edificios que albergan a las organizaciones terroristas para prevenir ataques aéreos; envían civiles al frente de batalla; se esconden en colegios y en mezquitas; disparan desde lugares llenos de gente; y envían a madres palestinas a asesinar niños israelíes a través de atentados terroristas. (…) Esta cínica utilización de escudos humanos es ilegal en base a la ley internacional y es la causa de muchas e innecesarias víctimas inocentes palestinas. Por lo tanto, Hamas es responsable por las muertes inocentes, no Israel. (…) También es importante examinar la intención detrás de los ataques. Los terroristas palestinos hacen cualquier cosa para herir y matar a la mayor cantidad de civiles israelíes posible; Israel en cambio, utiliza su avanzada tecnología militar para proteger en la medida de lo posible a las víctimas inocentes”. (“Defendiendo las operaciones militares de Israel en Gaza”, www.aishlatino.com, 29 de diciembre de 2008)

Hamas dispara misiles caseros inofensivos, en cambio Israel responde con aviones sofisticados y misiles de alta precisión. ¿No es acaso un uso excesivo de la fuerza? Los palestinos han cultivado una imagen de victimas para ganar la simpatía del mundo y para condenar los ataques de Israel. En realidad, los “primitivos” misiles Kassam han matado y herido a cientos de civiles israelíes. Además, las cifras serían mucho mayores si Israel no hubiera adoptado medidas de seguridad como por ejemplo “alarmas de amenaza de ataque” que permiten que los israelíes se escondan en refugios anti-bomba antes de que caigan los misiles. Hamas ha disparado también “primitivos” misiles Katyusha tipo Grad de medio alcance, poniendo a más de 250.000 civiles bajo amenaza de ataque. Dado el poder militar palestino y su intención de utilizarlo, es claro que culpar a Israel de “uso excesivo de la fuerza” es simplemente un ejemplo más de la estrategia palestina de victimización. Los grupos terroristas disparan indiscriminadamente a víctimas inocentes y después se quejan del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza cuando Israel responde. Pero de acuerdo a las leyes internacionales de guerra, Israel puede responder con la fuerza necesaria para erradicar el conflicto”. (“Defendiendo las operaciones militares de Israel en Gaza”, www.aishlatino.com, 29 de diciembre de 2008)

“Si no reconocemos que Hamas es una organización internacionalmente declarada como terrorista; si no distinguimos entre ésta y un Estado democrático; si nos da lo mismo el agredido que el agresor; si ignoramos que mientras una parte reconoce a la otra, ésta postula su desaparición, estamos realmente hundiéndonos en la falsedad y la pérdida de rumbo. (…) Mientras la mayor parte de las mezquitas sigan siendo escuelas de odio y venganza, difícil será todo. Y si esto no se asume cabalmente, para enfrentarlo, seguiremos en el terreno de los hechos y la violencia”. (Julio María Sanguinetti, “Entre la falsedad y la ambigüedad”, La Nación, 25 de enero de 2013)

“Hezbolá (…) es una organización islamista libanesa que cuenta con un brazo político y otro paramilitar. (…) Hezbolá recibe armas, capacitación y apoyo financiero de Irán. (…) Varios países consideran oficialmente a Hezbolá o a su brazo armado como una organización terrorista: Argentina, Australia, Canadá, Israel, Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos y Egipto. (…) Con respecto a Israel, la organización no reconoce su legitimidad y su retórica apunta a la destrucción de dicho Estado”. (“Hezbolá”, es.wikipedia.org)

. Posición pro-palestina

“Hemos escuchado el testimonio sobre el uso de proyectiles de alta tecnología que parecen hechos, no para causar bajas, sino para provocar atroces sufrimientos a las víctimas. Ya ha sido descrito el efecto de la “bomba de racimo”. Hemos visto y oído testimonios indicando el uso indiscriminado de bombas de fósforo, de nuevas bombas que penetran hasta los refugios, de bombas que funcionan al alto vacío y de bombas de fragmentación, utilizadas contra la población civil. Un médico testimonió aquí que el 60 por ciento de los pacientes por él tratado eran niños. El ejército Israelí bombardeó objetivos específicamente prohibidos por las leyes internacionales (hospitales, centros de investigación, orfanatos, escuelas, la Universidad Árabe, mezquitas e iglesias). Un testimonio nos mostró fotografías del bombardeo a una clínica para niños con problemas, recientemente establecida en un campo de refugiados. El ejército israelí violó el Derecho Internacional al poner sitio a la ciudad de Beirut, rodeándola y cortando todo suministro de agua, electricidad, gasolina, alimentos y medicinas, al mismo tiempo que la ciudad era bombardeada. También escuchamos el testimonio de doctores y enfermeras que trataron desesperadamente de salvar las vidas al menos de algunos de los quemados y mutilados que, llevamos a los hospitales, fueron literalmente arrancados de las mesas de operaciones por las tropas, y dejados morir. Uno de los médicos describió toda la variedad de torturas, patadas, golpes, privación de comida y bebida llevadas a cabo por los soldados israelitas contra los civiles palestinos”. (Juicio del Tribunal Internacional sobre la invasión de Israel al Líbano, Tribunal de los Pueblos, Tokio, marzo del 1983)

Con respecto a la invasión de Israel a Líbano del 2006, “los activistas del lobby judío han publicado la cifra de 41 civiles israelíes muertos, aunque olvidan mencionar que sólo 23 eran judíos, y los 18 restantes miembros de las minorías árabe musulmana y cristiana, que forman en torno al 20% de la población. La desproporcionada cifra de víctimas árabe-israelíes es el resultado de la política del Gobierno de Israel de proporcionar refugios y sirenas de alarma a los judíos, mientras pasaba por alto las necesidades de seguridad de sus ciudadanos árabes. La proporción de civiles muertos en relación con los soldados fue de 41 a 116. (…) Es evidente que la resistencia libanesa dirigió la mayor parte de su fuego al ejército israelí invasor. En cambio, en Líbano, de las 1.181 víctimas contabilizadas hasta hoy, 1.088 fueron civiles y sólo 93 combatientes. En otras palabras, el 92% de los muertos libaneses fueron civiles, es decir más de tres veces la proporción de civiles víctimas de la resistencia libanesa, y casi seis veces la proporción de civiles muertos (los únicos que cuentan para la máquina propagandística del lobby). Dicho de una manera más clara y brutal: se han registrado más de 47 víctimas libanesas por cada civil judío-israelí muerto”. (James Petras, “El lobby y la invasión israelí de Líbano: sus datos y los nuestros”, Rebelión, 4 de septiembre del 2006)

“Desde enero de 1996 hasta agosto de 2006 ha habido semanalmente incidentes a lo largo de la frontera israelo-libanesa, con acciones como incursiones israelíes, asesinato y secuestro de civiles libaneses, y lanzamiento de cohetes en ambas direcciones. (…) El lobby judío afirma que el secuestro de dos soldados por parte de Hezbolá en la frontera fue el detonador de una invasión a gran escala (del 2006). Numerosas fuentes de todo el mundo incluso discuten el relato israelí del ataque transfronterizo de Hezbolá. Según la gran revista de negocios estadounidense Forbes (12 de julio del 2006), el servicio francés de noticias AFP (12 de julio del 2006), el respetable Asia Times (15 de julio del 2006), y la policía libanesa, los soldados israelíes fueron capturados en el interior de Líbano, en la zona de Ai'tu Al-Chaarb, una población libanesa situada a algunos kilómetros de la frontera israelí”. (James Petras, “El lobby y la invasión israelí de Líbano: sus datos y los nuestros”, Rebelión, 4 de septiembre del 2006)

Si bien ambos bandos cometieron crímenes de guerra durante la invasión de 2008-2009, las responsabilidades no son simétricas: murieron más de 1,300 palestinos (la mayoría civiles, más de 400 de ellos menores de edad), y 13 israelíes (tres de los cuales eran civiles). Las víctimas civiles del conflicto siempre han sido en una abrumadora proporción palestinas. (…) Israel no sólo provoca la muerte de un número mucho mayor de civiles que Hamas: los menores de edad son una proporción mayor del total de víctimas civiles causadas por Israel, en comparación con la proporción de menores de edad entre las víctimas civiles causadas por Hamas”. (Farid Kahhat, “Algunas ideas sobre lo que ocurre en Israel y los territorios ocupados”, sophimaniafarid.lamula.pe, 25 de noviembre de 2012)

“Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud el 22 de noviembre (de 2012), el conflicto (se refiere a la Operación Pilar Defensivo, 2012) arrojó un balance de 165 muertos palestinos, de los cuales 42 (26%) son niños, y 1.269 heridos, de los que 431 (34%) son niños (“Occupied Palestinian Territory: Update: emergency situation in the Gaza Strip”, OMS, 22 de noviembre de 2012). Según declaración del secretario general de la ONU el 21 de noviembre, del lado israelí se contabilizaron 4 muertos y 219 heridos, la mayoría civiles, tres de ellos de gravedad. Un soldado israelí murió y 16 resultaron heridos, uno de gravedad (“Cease-fire declared in Gaza conflict”, CNN, 21 de noviembre de 2012) que falleció posteriormente”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

3. Intervención estadounidense: ¿Principalmente positiva o negativa?

. Posición pro-israelí

“Estados Unidos ha sido el más cercano aliado de Israel a lo largo de su historia, sin embargo, EE.UU. ha actuado en contra de los deseos del Estado judío en muchas ocasiones. (…) De hecho, EE.UU. ha tomado posiciones contra Israel en la ONU con bastante frecuencia, y no usó su veto en el Consejo de Seguridad para bloquear una resolución contra Israel hasta 1972. (…) En varios otros momentos, los presidentes norteamericanos han actuado contra Israel. En 1981, por ejemplo, Ronald Reagan suspendió un acuerdo de cooperación estratégica luego de que Israel se anexara las Alturas de Golán. En otra ocasión, suspendió la entrega de aviones de combate por su descontento por una incursión israelí en Líbano”. (Mitchell G. Bard, Mitos y realidades: una guía para el conflicto árabe-israelí, American-Israeli Cooperative Enterprise (AICE), 2006, pp. 241-242)

“En junio de 1982 junto al recrudecimiento de los incidentes armados en la frontera o dentro de Israel, se produce un atentado del grupo palestino de Abu Nidal contra el embajador israelí en Londres. Eso impulsa a Israel a invadir el Líbano, en una operación de grandes proporciones que denominará “Operación Paz para Galilea”. (…) El 11 de junio entra en vigor el alto el fuego impuesto por EE.UU. En mayo de 1983, Israel y Líbano alcanzaron un acuerdo para la retirada de las tropas israelíes. Sin embargo, el tratado de paz no llegó a ser ratificado y, en marzo de 1984, bajo presión siria, Líbano canceló el acuerdo”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

“Los parámetros de Clinton dicen lo siguiente. Dicen que en la cuestión territorial, los palestinos obtendrán el 100% de Gaza, el 97% del Cisjordania, además de un paso seguro entre Gaza y Cisjordania para que el Estado viable. (…) Acerca de Jerusalén, dice que lo que es judío es israelí, y (…) lo que es árabe es palestino. Incluye la soberanía de pleno derecho de los palestinos en el Monte del Templo, en el Haram al-Sharif (…) Con la cuestión de los refugiados, dice que los refugiados vuelvan a la Palestina histórica (…) y que Israel mantendrá su derecho soberano de admisión. Es decir, tendrá que absorber una gran cantidad de refugiados, pero con restricciones que deben ser negociadas entre las partes. Pero a la mayor parte de los refugiados se les permitirá regresar al estado de Palestina. Esta es la esencia de los parámetros de Clinton”. (Shlomo Ben Ami, “Debate on israel-palestinian conflict”, debate contra Norman Finkelstein, Democracy Now! -programa, 14 de febrero del 2006)

“Nosotros necesitamos encontrar un camino, y ese camino fue, creo, correctamente encontrado en los parámetros de paz de Clinton, que dicen lo siguiente. Dicen que los refugiados palestinos tienen el derecho inherente de retornar a Palestina, siendo Cisjordania y Gaza parte de Palestina. (…) Por cierto, Arafat no estaba muy interesado en el problema de los refugiados. Él era mucho más concentrado en Jerusalén. Lo vi una vez diciendo al actual presidente de la Autoridad Palestina: “Déjennos en paz con sus refugiados. Lo que necesitamos es Jerusalén”. Mira, él no estaba muy interesado en ser parte de un progreso en la cuestión de los refugiados. Arafat fue, y permaneció siéndolo hasta su último día, un miembro de la Hermandad Musulmana, un hombre profundamente religioso, un hombre coránico que vio a Jerusalén como el corazón de la disputa entre palestinos e israelíes. Él no estaba muy interesado en la cuestión territorial tampoco. Yo lo vi, por ejemplo, en Camp David, diciendo al presidente Clinton, “Estoy dispuesto a conceder hasta 8% de Cisjordania por el bien de los bloques de asentamientos israelíes, siempre y cuando usted me dé una solución en Jerusalén”. Así que él era ese tipo de líder. El problema de los refugiados no era tan central en su mente”. (Sholomo Ben Ami, “Debate on Israel-Palestinian conflict”, debate contra Norman Finkelstein, Democracy Now! -programa, 14 de febrero del 2006)

“El secretario de Estado de EU, John Kerry, finalizó una ronda de encuentros en Israel y Palestina con un llamamiento a aprovechar la “oportunidad” de alcanzar la paz en un momento crítico para Oriente Medio. (…) “No soy yo, señor presidente (de Israel). Es realmente una cuestión de si Israel y los palestinos toman las decisiones. Y EU, a través del presidente (Barack) Obama, está totalmente a disposición de ambas partes para intentarlo y acercar las posturas”, dijo”. (“Kerry insta a Israel y Palestina a apostar por la paz”, El Informador, Guadalajara, 23 de mayo de 2013)

. Posición pro-palestina

“Desde 1987, el Congreso de EEUU ha destinado ayudas anuales por valor de 3.000 millones de dólares a Israel, 1.200 millones en ayudas económicas, y 1.800 en ayuda militar. Tras la guerra del Golfo en 1991, EEUU ha ofrecido a Israel una ayuda adicional de 2.000 millones de dólares anuales en bonos federales garantizados, con lo cual el montante total de la ayuda exterior de EEUU a Israel ronda los cinco mil millones de dólares, o lo que es lo mismo, 13,7 millones de dólares al día. (…) En total, se trata del mayor paquete de ayuda exterior concedida a cualquier país del mundo, y constituye el 30% del total del presupuesto de ayuda exterior de EEUU. (…) Según la documentación de la que dispone la Jewish Virtual Library, la historia de la ayuda económica que EEUU brinda a Israel muestra un ritmo ascendente de las ayudas económica, militares, y las donaciones destinadas a los recién llegados judíos, especialmente a partir de 1973. (“La ayuda estadounidense a Israel”, MIFTAH, Jerusalén, 14 de abril del 2002)

“Una porción considerable de la ayuda exterior que EE.UU. proporciona a Israel, que en la última década se ha incrementado en 80 millones de dólares anuales, va destinada a la construcción de asentamientos para los colonos judíos. Estas construcciones tienen lugar tras la confiscación de tierras palestinas y la demolición de hogares palestinos. La rápida construcción de asentamientos que ha tenido lugar desde 1973 ha impedido la creación de un Estado palestino viable. Los asentamientos judíos están construidos sobre tierras palestinas confiscadas con el objeto de servir de habitáculo a judíos procedentes de todo el mundo, en virtud de la Ley del Retorno Israelí. Todos estos inmigrantes tienen garantizado el derecho a acceder a la ciudadanía israelí, a recibir clases gratuitas de hebreo, y a obtener un empleo inmediatamente. En el otro lado está los refugiados palestinos que fueron expulsados de sus hogares en 1947 y 1967”. (“La ayuda estadounidense a Israel”, MIFTAH, Jerusalén, 14 de abril del 2002)

“El 75% de la ayuda militar que EEUU proporciona a Israel va destinada a la compra de equipamiento militar de fabricación estadounidense, como tanques, metralletas, balas, helicópteros de combate, etc. EEUU depende de Israel para probar las nuevas tecnologías militares en condiciones de guerra. Por ejemplo, se ha utilizado munición con uranio empobrecido contra los civiles palestinos”. (“La ayuda estadounidense a Israel”, MIFTAH, Jerusalén, 14 de abril del 2002)

“Proporcionar ayuda a un criminal significa participar en el crimen. Por apoyar persistentemente la política agresiva del gobierno de Israel, diplomáticamente, económicamente y militarmente, Estados Unidos hizo posible la invasión israelí a Líbano. (…) Si los Estados Unidos se hubieran opuesto resueltamente a la política agresiva del gobierno de Israel, no se hubieran llevado a cabo ni la invasión a Líbano ni las masacres de Sabra y Shatila. Entre junio y agosto de 1982, los Estados Unidos vetaron todas las resoluciones del consejo de seguridad de las Naciones Unidas pidiendo la retirada de las tropas de Israel de Líbano y hasta este día los Estados Unidos no han usado su enorme poder para obligar a Israel a retirar sus fuerzas de Líbano y a reconocer el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación”. (Juicio del Tribunal Internacional sobre la invasión de Israel al Líbano, Tribunal de los Pueblos, Tokio, marzo del 1983)

“El registro es bastante claro. De hecho, es inequívocamente claro. Cada año, se vota en la Asamblea General de las Naciones Unidas una resolución titulada “Solución pacífica de la cuestión Palestina”. Y cada año la votación es la misma: se trata de todo el mundo, por un lado; Israel, Estados Unidos y algunos atolones del Mar del Sur y Australia, por otro lado. La votación el año pasado fue de 164 a 7. Cada año, desde 1989. En 1989, la votación fue de 151 a 3, todo el mundo, por un lado, los Estados Unidos, Israel y la isla estado de Dominica en el otro lado. Tenemos a la Liga Árabe, los veintidós miembros de la Liga Árabe, a favor de una solución de dos estados sobre las fronteras de junio de 1967. Tenemos a la Autoridad Palestina a favor de la solución de dos estados sobre las fronteras de junio de 1967. Ahora tenemos a Hamas a favor de la solución de dos estados sobre las fronteras de junio de 1967. El único obstáculo es Israel, respaldado por Estados Unidos. Ese es el problema”. (Norman Finkelstein, “A debate on Israel’s assault on Gaza and the US role in the conflict”, debate contra Martin Indyk, Democracy Now! -programa, 8 de enero de 2009)

4. Proceso de Paz: ¿Ha contribuido el Estado de Israel de modo consistente al proceso de paz?

. Posición pro-israelí

En septiembre de 1993 los palestinos reconocieron el Estado de Israel y los israelíes reconocieron la Autoridad Nacional Palestina firmando los tratados de Oslo que preveían un repliegue de Israel y el establecimiento de un Estado Palestino. Los tratados de Oslo preveían devolver a los palestinos la mayor parte del territorio ocupado en 1967, en la Guerra de los Seis Días”. (“Conflicto árabe-israelí”, es.wikipedia.org)

“Una y otra vez ha habido varias oportunidades de crear un Estado palestino. Ya fuese en 1947 aceptando la Resolución 181 de Naciones Unidas, o en 1948 a 1967 por parte de las potencias árabes, o en 1992 a 2009 en cooperación con Israel y los EE.UU., ha habido casi cuatro décadas durante las cuales se pudo haber creado un Estado palestino. (…) La razón por la cual no hay “Estado Palestino” es porque nadie lo quiere realmente. El nacionalismo palestino tiene tanta enjundia como cualquier otra muestra de propaganda de guerra. Su único objetivo es convocar a los árabes, los musulmanes y sus compañeros de viaje para completar el objetivo frustrado de 1947: la destrucción de Israel”. (Sultan Knish, “Cuatro mitos de la izquierda sobre Israel”, alianzacivilizaciones.blogspot.com, 23 de septiembre de 2009)

“El debate de hoy ocurre en un tiempo de real potencial para la paz. (…) Creo que es posible situación de ganador-ganador. Israel ha estado dando gran parte. Renunció a la Franja de Gaza. (…) Y déjenme decirles por qué me considero pro-palestino. Yo soy pro-israelí y pro-palestino porque estoy a favor de un Estado palestino viable, sano, económicamente fuerte, políticamente democrático. Eso será bueno para Palestina. Será bueno para Israel. Y será bueno para el mundo. Israel tiene una participación importante en el éxito de Palestina, pero los palestinos nunca han tenido una participación importante en el éxito de Israel. (…) Creo que (…) las propuestas formuladas en Taba sí proporcionan una buena base para un proceso de paz. Ahora, Taba no terminó debido a que Israel se fue. Taba terminó porque Arafat rechazó Camp David”. (Alan Dershowitz, “Israel and Palestine after Disengagement”, debate contra Noam Chomsky, realizado en la Kennedy School of Government el 29 de noviembre del 2005)

“Hamas no reconoce la legitimidad del Estado de Israel, ni acepta la resolución que la Asamblea General de las Naciones Unidas propuso el 29 de noviembre de 1947 mediante la cual se establecía la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío. Considera que Israel fue edificado a partir de la usurpación de la Palestina histórica y no acepta ninguna reconciliación con los judíos que no incluya su renuncia a cualquier pretensión sobre Palestina, incluyendo la totalidad del actual territorio del Estado de Israel. En múltiples ocasiones los líderes de Hamas han calificado a los diálogos entre árabes e israelíes (como los terminados en los Acuerdos de Oslo) como una pérdida de tiempo. Apoyan la lucha armada y los ataques suicidas contra civiles como medio para el logro de sus objetivos. (…) En su carta fundacional, publicada el 18 de agosto de 1988, Hamás realiza una serie de acusaciones y advertencias contra Israel en particular y contra los judíos en general que han sido calificadas como antisemitas (…). Preámbulo: “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado””. (“Hamás”, es.wikipedia.org)

El presidente (de Israel) Shimon Peres hizo su llamado. (…) Peres, que ganó el Premio Nobel de la Paz de 1994 por contribuir a forjar un acuerdo interino con los palestinos, se mostró optimista y decidido a ayudar a lograr la paz con los palestinos. “Llegó la hora de la paz”, apuntó. “Creo que esta es una oportunidad importante, no para perder el tiempo; para reanudar las negociaciones y completar las negociaciones con los palestinos”. Dijo que un acuerdo de paz debe “basarse en una solución de dos estados: un estado israelí­ y un estado palestino que vivan como buenos vecinos, que cooperen económicamente y lleven un mensaje a los de la generación joven”. (La Tercera, Chile, 26 de mayo de 2013)

. Posición pro-palestina

“Contrariamente a lo que sucediera en 1948, en 1967 la gran mayoría de la población palestina de Cisjordania y Gaza se aferró a su territorio a pesar de la ocupación militar. Los dirigentes sionistas se vieron enfrentados a un verdadero dilema: habiendo alcanzado su objetivo de desplazar la frontera oriental de su Estado hasta el Jordán, se encontraban con una vasta población árabe-palestina bajo su control. En estas condiciones, la anexión pura y simple del conjunto de los territorios palestinos nuevamente ocupados se volvía impracticable: si otorgaba la ciudadanía israelí a sus habitantes, ponía en peligro el carácter judío del Estado sionista. (…) La población árabe podría entonces convertirse en un elemento activo de desintegración de la sociedad judía. Lógicamente, la única solución que permitía a la vez permanecer sobre la orilla oriental del Jordán y preservar el "Estado judío", así como la reputación democrática, era adjudicar a las zonas de alta densidad demográfica palestina (excepción hecha de Jerusalén Este, anexionada de entrada por razones ideológicas) el régimen de enclaves dentro de las nuevas fronteras del Estado de Israel. Fue Yigal Allon, mascarón de proa del establishment político-militar y de la izquierda laborista, quien elaboró este proyecto de arreglo conocido con el nombre de plan Allon (…) Fundamentalmente, el plan Allon era, pues, un plan de colonización y de anexión parcial, concebido en nombre del “compromiso territorial”, a diferencia de la anexión íntegra, defendida por la derecha sionista. En cuanto a la suerte última de los enclaves palestinos, Yigal Allon casi no se pronunciaba por razones de prudencia táctica elemental. En la medida en que su plan era precisamente un proyecto de largo aliento, era necesario dejar que el tiempo hiciera su trabajo y conseguir al final un interlocutor árabe dispuesto a colaborar en el arreglo dictado por Israel con, no obstante, la autoridad requerida para ser creíble”. (Gilbert Achcar, “Palestina-Israel: algunas referencias para comprender la situación actual”, Herramienta, nº 16, Buenos Aires)

“Los titulares de primera página efectivamente se daban cita el 13 de septiembre de 1993. Los medios de comunicación fingieron la sorpresa total, como si un nuevo milagro hubiera ocurrido en una tierra que, es verdad, había visto tantos otros. Sólo las voces discordantes de algunos críticos del acuerdo y buenos conocedores de la materia, a la manera de Edward Said, Noam Chomsky o Meron Benvenisti, se permitieron recordar que los acuerdos firmados sobre el césped de la Casa Blanca sacaban a flote una versión, puesta al día, del plan Allon. (…) Ninguna de las disposiciones de los acuerdos de Washington contradice, de la manera que sea, lo que ha sido desde hace más de un cuarto de siglo el programa practicado por los laboristas israelíes en Cisjordania y Gaza. (…) Por supuesto, Jerusalén Este, oficialmente anexionada por Israel después de 1967, no se encontraba concernida. Además, no sólo el acuerdo no preveía ningún desmantelamiento de colonias, sino que garantizaba a los colonos y otros israelíes un verdadero “régimen de capitulaciones”, por medio del cual ellos no dependían de la jurisdicción de la autoridad palestina sobre su propio territorio. Ésta es responsable solamente del control de los palestinos, y ello por medio de su policía. “No dispondrá de ejército, siendo garantizada su defensa exterior por Israel”, cuyo ejército podrá circular libremente por territorio “autónomo”. (…) Así, el marco general previsto por los acuerdos de Washington es claramente el del plan Allon: retirada israelí de las zonas árabes pobladas, con excepción de Jerusalén Este, y despliegue en el resto de los territorios palestinos ocupados en 1967, con mantenimiento de los asentamientos; constitución de los enclaves evacuados en entidad palestina autónoma infraestatal, sin otros medios militares que los de la represión interna; control israelí de los accesos a estos enclaves, y especialmente de los puntos de paso hacia Egipto y Jordania (confirmado posteriormente por los acuerdos de El Cairo)”. (Gilbert Achcar, “Palestina-Israel: algunas referencias para comprender la situación actual”, Herramienta, nº 16, Buenos Aires)

“La franja de Gaza está sometida a un bloqueo ilegal por parte de Israel. Si bien Israel alega que su propósito es impedir el ingreso de armas en la zona, restringe también el ingreso de bienes para uso civil, como materiales de construcción (razón por la cual miles de familias palestinas no han podido reconstruir sus viviendas desde el 2009), e incluso alimentos: un documento oficial del gobierno israelí (que fue hecho público por orden judicial), revela que especialistas de ese país calcularon el número de calorías que debía consumir la población de Gaza para evitar una desnutrición generalizada. Ese reporte tenía como objeto dosificar el ingreso de alimentos a la franja”. (Farid Kahhat, “Algunas ideas sobre lo que ocurre en Israel y los territorios ocupados”, sophimaniafarid.lamula.pe, 25 de noviembre de 2012)

“Semanas después de que Palestina fuera reconocido como Estado no miembro de la ONU (el 29 de noviembre de 2012), Israel aprobó el Plan E1. Dicho plan (…) consiste en construir tres mil colonias entre Jerusalén Este y los asentamientos de Ma’ale Adumin, lo que partiría el norte y el sur de Cisjordania, impidiendo la continuidad geográfica del Estado palestino, ya dividido en dos (porque el corredor entre Cisjordania y la Franja de Gaza acordado en Oslo en 1993, fue luego cerrado por Israel). EAPPI tiene un equipo de acompañamiento del proceso del plan E1, que ha podido comprobar que las autoridades israelíes ya están demoliendo casas y procediendo con la construcción, a pesar de la oposición de la comunidad internacional, que ha considerado este programa ilegal. “El Estado israelí no dice abiertamente que está comenzando a construir, dice que es solo una planificación para el futuro, pero en la realidad están demoliendo casas y expulsando familias que están en esa área hacia campos de refugiados y otros lugares”, asegura Jonathan Michel –miembro de la organización Ecumenical Accopainment Programme in Palestine and Israel (…) El asesor político de la Misión Especial de Palestina en Colombia, Alexander Montero, añade que Israel ha utilizado los asentamientos como “una política sistemática para romper la integridad territorial de Palestina y así hacer inviable un Estado. En segundo lugar, Israel aprovecha los asentamientos para hacerse con el control de territorios que tienen un valor estratégico militar o de recursos como el agua. En tercer lugar, Israel utiliza los asentamientos como un arma a utilizar en una futura negociación por cuanto afirmará, sobre la base de la presencia física ilegal de israelíes en suelo palestino, que requiere cierto control territorial adicional. Por último, Israel utiliza la política de construcción de asentamientos como una forma de extorsionar a Palestina – y ahora a la comunidad internacional-. En otras palabras, si alguien pretende criticar a Israel o intentar frenar su comportamiento criminal, Israel de inmediato responde con una andanada de nuevos asentamientos””. (Daniel Salgar Antolínez, “¿Cómo construye Israel sus colonias?”, El Expectador, 31 de enero de 2013)


““¡Apenas son personas, os lo digo!” Cuando en 1982, Menahem Begin pronunció esta dura afirmación en la Knesset, sus colegas diputados aplaudieron calurosamente la claridad de su juicio. No estaba lejos entonces el primer ministro de mostrar así su desprecio por los seres humanos originarios del país conquistado. Hacía ya medio siglo que los líderes sionistas consideraban infrahumanos a los palestinos. Chaim Weizmann, el primer presidente de Israel, no dudó, por ejemplo, en declarar “los británicos nos han dicho que hay allí algunos centenares de miles de negros sin ningún valor” (Citado por: Arthur Rupin, The Central Zionist Archives in Jerusalem, Office of Arthur Ruppin (S55), personal papers, A107). Yizhak Shamir, primer ministro, también proclamaba su alta consideración por el ser humano: “Aplastaremos a los palestinos como a langostas, aplastaremos sus cabezas contra las rocas y los muros” (New York Times, 1 de abril de 1988). Por su parte Ehud Barak advertía hace ya más de 10 años a la población israelí de que “los palestinos son como los cocodrilos, cuanta más carne les dan, más quieren” (Jerusalem Post, 30 de agosto de 2000). El gran rabino Yossef Obandia añadió su exhortación (12 de abril de 2001), “Quiera el Divino Nombre derramar el castigo sobre las cabezas árabes, que se pierda su simiente y sean aniquilados ¡Se prohíbe tener piedad de ellos! Debemos lanzarles misiles con alegría y exterminarlos. ¡Son malos y están malditos!”. Otro rabino, Yitzhak Ginsburg, afirma que “la sangre judía y la sangre de los goys (no judíos) no es la misma”, y que “matar no es un crimen si las víctimas no son judías” (Jerusalem Post, 19 de junio de 1989)”. (Rudi Barnet, “Los palestinos son animales que caminan sobre dos piernas”, Rebelión, 4 de diciembre de 2012)